El conocimiento del mundo es tan amplio que pensar que todos compartimos el mismo es un acto de ingenuidad. También lo es creer que poseemos idéntico saber enciclopédico. Sin embargo, incurrimos muchas veces en este error cuando escribimos: damos por sentado que el lector conoce y, por ende, entiende todo lo que queremos decir. Seguir leyendo
La escritura es una actividad que iniciamos cuando somos niños. Los primeros pasos se dan con la transcripción de sonidos a símbolos escritos. Surgen los garabatos, la aventura de bosquejar letras, la emoción de trazar el nombre propio. Más tarde, llegan los dictados y el desafío de enlazar palabras para contar cómo fueron las vacaciones. El proceso de aprendizaje es gradual y evoluciona a lo largo del tiempo. Seguir leyendo
Quien escribe conoce la tensión que provoca que le muevan o le quiten una coma. Y si le cambian una palabra… Cuesta aceptar que se inmiscuyan en tu obra de creación, más allá de la naturaleza que tenga el escrito. Pero esta reacción no tiene tanto que ver con la soberbia, sino más bien con la vulnerabilidad. Seguir leyendo
Julio Cortázar decía que el cuento se asemeja a una esfera, una forma cerrada en la que no puede sobrar nada y en la que cada uno de los puntos exteriores debe estar a la misma distancia del centro. «El cuento debe ser incisivo, punzante, no debe dar descanso al lector», sostenía. Luego lees «Autopista del Sur» y entiendes a qué se refería. Seguir leyendo